Los analistas indican que la administración saliente deja un incremento de cuatro puntos porcentuales en los ingresos tributarios y récord en IED, pero un desastre en endeudamiento.
El presidente Peña Nieto dejará al gobierno de López Obrador finanzas públicas estables, con dos años seguidos con superávit primario, no visto desde 2008, pero, el crecimiento de la deuda y la menor inversión pública fueron temas “desastrosos”, señalaron expertos.
Indicaron que la reforma fiscal de 2014 fue un acierto, pues los ingresos tributarios subieron cuatro puntos porcentuales a un máximo de 13.5 por ciento del PIB en 2016, pero un pendiente fue que se gastó más de lo fijado en los Presupuestos de Egresos y se subestimaron los ingresos.
Manuel Guadarrama, director de Finanzas del Instituto Mexicano para la Competitividad, aseguró que se dejan finanzas públicas relativamente sanas, quedistan de estar en “bancarrota” como en un momento dijo el futuro gobierno, pues además hubo cifras récord de Inversión Extranjera Directa, que significan que el país fue atractivo.
Añadió que un tema pendiente es que el gasto público ejercido fue mayor a lo presupuestado, “puede haber variaciones de cinco por ciento que sería normal, pero el promedio de variación del gasto del ejecutivo de 2013 a 2017 fue nueve por ciento”.
La Secretaría de Hacienda indicó que entregará un nivel de deuda “razonable” y con trayectoria decreciente.
Deuda, un desastre
Luis Foncerrada, presidente de True Economic Talks, dijo que el endeudamiento del gobierno fue “un verdadero desastre”, pues aumentó 10 puntos porcentuales del PIB en el sexenio, lo que provocó la depreciación del peso e inflación.
“Nadie se endeuda si no es para invertir y esta administración no invirtió. Tenemos una inversión pública que es la más baja de los últimos 80 años como proporción del PIB, así que es doble agravante, porque el exceso de deuda no fue utilizado ni para crear empleos, ni infraestructura ni para reducir desigualdad y pobreza”, expuso.
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