Michoacán es considerado el principal productor del mundo de aguacate. Su ‘boom’ comercial no solo ha traído dinero a México. También precarias condiciones laborales y la violencia.

Michoacán, es el único estado que tiene permiso para vender aguacate a Estados Unidos. En la última década las exportaciones se han multiplicado por cuatro. En 2018, las ventas a Estados Unidos fueron de 2 mil 500 millones de dólares. Más que las divisas por petróleo.

La capital industrial del aguacate michoacano es Uruapan, con 300 mil habitantes, donde están asentadas las principales empresas comercializadoras “pero que también atraen las muertes a balazos”, relata El País.

Es conocido que la principal época de “oro verde” es el domingo del Superbowl, porque se dispara la demanda. Más de 100 trabajadores cortan, limpian y almacenan aguacates. La jornada estos días es de siete a siete y se les paga 130 dólares a la semana.

En noviembre de 2018, el negocio estuvo parado casi tres semanas por una protesta de los productores. Consideraban que los distribuidores estaban tirando el precio al dar entrada a aguacate de otros estados. El kilo se vendía a 90 pesos, pero los Productores y Empacadores de Aguacate de Michoacán (APEAM) rechaza la existencia de productos de fuera de Michoacán y asegura que es una mera cuestión de mercado: a mayor producción, menor precio.

Aguacate da más dinero al país, incluso por arriba de los hidrocarburos

El aguacate ya es uno de los productos que más dinero le deja al país, incluso por arriba de los hidrocarburos en términos netos. Mientras el comercio exterior del petróleo y sus derivados le dejó a México en 2016 un déficit de 13 mil 163 millones de dólares, el ‘oro verde’ reportó un superávit de dos mil 220 millones de dólares, según datos del Sistema de Información Arancelaria Vía Internet (SIAVI) de la Secretaría de Economía, informa El Financiero.

Los aguacates atraen la prosperidad, pero también a los cárteles

Pequeños agricultores de aguacate armados con rifles AR-15 hacen turnos para gestionar la seguridad de un puesto de control contra ladrones y extorsionistas de los cárteles de la droga en San Juan Parangaricutiro, en el estado mexicano de Michoacán, el corazón de la producción de este producto.

El auge de los aguacates de la región, alimentado por el aumento del consumo en Estados Unidos, sacó de la pobreza a zonas del oeste del México en apenas 10 años. Pero el olor del dinero atrajo a pandillas y cárteles hiperviolentos que han colgado cadáveres de puentes y han amedrentado a la policía, y el aumento de la violencia está amenazando esta nueva prosperidad. La reciente advertencia de Estados Unidos de que podría retirar a los inspectores de los huertos provocó un escalofrío en una industria con exportaciones de 2 mil 400 millones de dólares anuales.

Algunos productores están tomando las armas. En el puesto de control de San Juan Parangaricutiro, los vigilantes están tranquilos, pero alerta. Dicen que sus cultivos son algo por lo que merece la pena luchar.

Si no hubiera aguacate, saldría a buscar trabajo, posiblemente a los Estados Unidos o a otro lado“, señaló uno de los guardias, Pedro de la Guante, cuya pequeña plantación le da más beneficios que cualquier otro cultivo, legal o ilegal, destaca, Sin Embargo.

Los productores de aguacate mexicanos llevan años viviendo con el miedo a los asaltos y chantajes, pero la situación adquirió un cariz internacional a mediados de agosto, cuando un equipo de inspectores del Departamento de Agricultura de Estados Unidos fue “amenazado directamente” en Ziracuaretiro, una localidad al oeste de Uruapan, en Michoacán. Aunque la agencia no explicó lo ocurrido, las autoridades locales señalaron que una banda asaltó la camioneta en la que viajaban los inspectores a punta de pistola.

En futuras situaciones que resulten en una violación de la seguridad o muestren una amenaza física inminente al bienestar del personal del APHIS, suspenderemos de inmediato las actividades del programa“, dijo el Departamento de Agricultura estadounidense (USDA, por sus siglas en inglés) en una carta, refiriéndose al Servicio de Inspección Sanitaria de Animales y Plantas por su acrónimo.

Veto impuesto en 1914 a los aguacates mexicanos

Una medida de este tipo podría bloquear los envíos y devastar a la industria que abastece a los consumidores estadounidenses hambrientos de guacamole y tostadas de aguacate. En 1997, Washington levantó el veto impuesto en 1914 a los aguacates mexicanos para evitar la llegada de gorgojos, costras y plagas a los huertos locales.

La Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de México, con sede en Michoacán, publicó la carta, un hecho inusual que algunos en Uruapan interpretaron como un gesto para alertar a los delincuentes del riesgo de acabar con la industria más próspera del estado si los inspectores estadounidenses dejan de aprobar las exportaciones. Ni la asociación ni el Departamento de Agricultura respondieron a peticiones de comentarios.

Como en gran parte de Michoacán, la violencia está enmascarada en gran medida por la aparente prosperidad generada por la fruta: kilómetros de cercas encierran plantaciones aparentemente interminables de aguacates, cuyas ramas soportan la pesada cosecha. Las nuevas plantas de empaque parecen surgir de la noche a la mañana.

Pero según Hipólito Mora, que en 2013 fundó el movimiento civil de autodefensa del estado, las apariencias engañan. Las nuevas plantas fueron asaltadas a mano armada tres veces en una semana por ladrones que al parecer sabían exactamente cuándo tendrían efectivo para pagar a los agricultores.

Si empresarios cierran negocios la economía se iría abajo

Si llegaran los empresarios a cerrar sus negocios, la economía se iría abajo por completo en la región“, explicó Hipólito Mora, quien también cultiva limas.

El 43% de las exportaciones mundiales de aguacate procede de México, en su mayoría de Michoacán. El USDA tiene una delegación casi permanente de inspectores en el país.

Unas pocas semanas después del incidente con los inspectores del USDA, el gerente y un empleado de una plantación de aguacate fueron secuestrados a punta de pistola en Ziracuaretiro, presuntamente por la policía municipal. Siete agentes están siendo investigados por el caso, y el departamento policial se ha desmantelado.

Carlos Martínez es un agricultor de tercera generación con una plantación de 2.5 hectáreas (6 acres) en Ziracuaretiro que, en un buen año, puede producir hasta 50 toneladas de aguacates, valoradas en unos 100 mil dólares.

Todo es cuestión de inseguridad (…) que afecta a terceros“, afirmó Carlos Martínez refiriéndose tanto a productores como a clientes.

A Martínez todavía no le han sustraído ningún cargamento de aguacates, una queja recurrente en Michoacán, pero sí le suelen robar las frutas de los árboles. Como la mayoría de productores, colocó cercas de cadenas y contrató un guarda. Pero el miedo a un secuestro o a un llamado para pagos de protección es lo que más le asusta.

No contesto a números que no conozco“, afirmó Martínez.

En San Juan Parangaricutiro, De la Guante es un ejemplo de cómo los aguacates han sacado a muchos de la pobreza en el estado.
Era un campesino que trabajaba por temporadas hasta que hace 11 años plantó aguacates en una hectárea (2.4 acres) de terreno arenoso. Ese huerto relativamente pequeño da ahora hasta 10 toneladas de fruta. Este año tuvo la suerte de venderlos en agosto, cuando el precio era alto, a 40 pesos (2 dólares) el kilo. Esto supone que De la Guante ganó al menos 15 mil dólares este año.

Los 15 mil recolectores de aguacate de la región tienen un salario atractivo para la zona, pero es un puesto temporal y físicamente exigente porque hay que trepar al árbol con palos largos para sacar el fruto, lo que supone que muchos no pueden hacerlo más allá de los 45 años.

Si no hubiera aguacate, ¿en qué se emplearía esta gente?, ¿se subcontraten para hacer trabajo al crimen?


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