De acuerdo con cifras del BANXICO, la exportación total de México en 2018 se incrementó 10.03% con respecto a 2017, ascendiendo a 450,572 millones de dólares (mdd). El rubro que mayor incremento registró fue la exportación petrolera con 29.5% y dentro de este rubro, la exportación de petróleo crudo creció 32.88% y la otra exportación petrolera lo hizo en 11.17%; en total, la exportación petrolera alcanzó la cifra de 30,572 mdd.
La exportación no petrolera sumó 420,000 mdd al incrementarse 8.84% debido al incremento de 14.83% de la exportación extractiva, seguida de la exportación manufacturera con 9.06% y de la exportación agropecuaria con 1.76%.
La importación total ascendió a 464,277 mdd como resultado de un incremento de 10.45% generado por una importación petrolera que se incrementó en 27.97%, debido a que la importación de consumo petrolera lo hizo en 29.78% y la importación intermedia petrolera en 26.96%, para alcanzar 53,761 mdd en el total del rubro.
La importación no petrolera se incrementó en 8.5% para alcanzar la cifra de 410,515 mdd, la importación de consumo no petrolera fue de 3.08%; la importación intermedia no petrolera de 26.96%; y de importación de bienes de capital de 10.8%.
Como resultado de esta evolución, el déficit de la balanza comercial mexicana se incrementó 26.01% para alcanzar la suma de -13,794 mdd, siendo este déficit el cuarto más elevado desde el año 1994 en que fue de -18,464 mdd, seguido del 2008 con -17,261 mdd y el de 2015 con -14,460 mdd.
Durante el periodo 1993/2018, el déficit total acumulado fue de -176,730 mdd; el déficit sin exportación petrolera de -863,173 mdd; el déficit no petrolero alcanzó -322,470 mdd; y muy importante es que el saldo petrolero fue el único que obtuvo un superávit durante el periodo, mismo que fue de 145,704 mdd y aunque de 1993 a 2014 el saldo anual de este rubro siempre fue superavitario, a partir de 2015 se volvió deficitario de tal manera que en estos 4 años, el déficit acumulado fue de -64,300 mdd.
El déficit total, prácticamente se ha venido incrementando cada sexenio y el más elevado fue en el periodo 2013/2018 con -55,624 mdd, debiendo señalar que en el periodo 2007/2012 se presentó una disminución del déficit debido al enorme valor de la exportación petrolera generado por los altos precios del barril de petróleo.
Estas cifras nos indican una decadencia total en nuestro comercio exterior que se traduce en decreciente captación de divisas debido a la carencia de una estrategia que genere mayor competitividad del marco sistémico, mayor valor agregado en la producción interna y a la exportación, y mayor riqueza para nuestro país sino todo lo contrario, situación que principalmente ha sido provocada por el decreciente dinamismo de nuestra exportación en los 25 años más recientes.
En el período 1993/2000, la exportación mexicana tuvo un crecimiento de 220%; para el periodo 2001/2006, el incremento fue de 50%; entre 2007 y 2012 se redujo a 48%; y para el periodo 2013/2018 disminuyó aún más y fue de sólo 22%.
Durante el periodo 1993/2000, el dinamismo de las exportaciones mexicanas alcanzó una tasa de 206%, ubicando a México en el 2º lugar de crecimiento mundial, en tanto que en el periodo 2001/2017, la tasa fue de 135, remitiendo a nuestro país al 19º lugar de crecimiento, ampliamente superado por países como Vietnam, China, India y Polonia, por sólo mencionar los primeros; pero lo más aberrante es que en este periodo, prácticamente ya estaban vigentes los TLC’s con 48 países y los 33 APPRIS que esos funcionarios expertos negociadores firmaron, supuestamente, para lograr un mejor comportamiento de nuestras exportaciones y el desarrollo del país, y para generar mayor riqueza y bienestar en México.
Esta situación se ve empeorada porque en el periodo 1993/2017, el valor agregado en la exportación total mexicana se redujo de 59% a sólo 38%, es decir, debido a la ausencia de una estrategia y de políticas públicas realistas, ha habido decreciente generación de riqueza en nuestro territorio y un enorme deterioro del bienestar de grandes núcleos de la población que se han visto orillados a vivir en la informalidad, a emigrar o, simplemente, a ingresar a las filas de la delincuencia para satisfacer sus necesidades más básicas.
Comentarios
El dinamismo mostrado por la exportación en el periodo 1993/2000 fue generado por la serie de reformas que registraron en la economía en la década de los 80 y principios de los 90, mismas que incluyeron al autotransporte federal de carga, de turismo y de pasajeros; la ley de patentes y marcas; las reformas al artículo 27 constitucional en materia de propiedad de la tierra; la cogeneración y autoabastecimiento de energía eléctrica; la ley de inversión extranjera; los medicamentos genéricos y la eliminación del control de precios.
Asimismo, el acceso preferencial al mercado de importación más grande del mundo y la importante presencia de empresas transnacionales exportadoras en territorio mexicano que, a través de una política corporativa muy exitosa, utilizaron a nuestro territorio como un centro de costos realizando operaciones intrafirma, esto es, el dinamismo de la exportación mexicana no fue resultado una política de fomento con una estrategia de promoción de las exportaciones que atendiera a un proyecto nacional de desarrollo mexicano.
ambién hay que señalar el terrible error de diciembre de 1994 que provocó una enorme devaluación del peso mexicano a fines de 1994 y que, aunque hizo más competitivos a los productos mexicanos y más caros a los productos extranjeros en el mercado mexicano, hizo más pobres a la mayor parte de los mexicanos y los condenó a pagar una deuda para rescatar a los bancos que posteriormente serían vendidos a extranjeros con grandes ganancias para los banqueros mexicanos.
En 2001, México era la 9ª la economía mundial, sin embargo, inició un gran declive de tal manera que para el año 2006 cayó hasta la 13ª posición y para el 2011 a la 15ª, gran parte debido a que los efectos positivos de las reformas antes mencionadas se desvanecieron de tal manera que nuestra posición como país competitivo también cayó 17 escalones en el periodo 1999/2017.
Otros elementos determinantes en la caída como economía y país exportador fueron la pérdida de competitividad por la ausencia de una política ad hoc, misma que fue provocada por un marco sistémico decreciente en competitividad debido a la pésima calidad de las instituciones públicas, incapaces de generar políticas públicas realistas; la pésima calidad de nuestros funcionarios públicos y las autoridades lo que provoca poca confianza en ellos; y una muy pesada tramitología.
También hay que señalar la ausencia de una política de fomento industrial; ausencia de una política realista de comercio exterior; carencia de programas, proyectos y estrategias de exportación; salida de nuestro territorio de más de 900 empresas maquiladoras; desaparición de más de 2,500 empresas exportadoras; reducida y decreciente variedad en la producción y exportación de bienes; así como reducido y decreciente valor agregado nacional en bienes orientados al consumo nacional y al exterior.
Además de la carencia una estrategia de promoción de la exportación con programas, proyectos y políticas públicas realistas, hay que señalar la firma compulsiva de TLC’s con otros 46 países sin antes consolidar el mercado norteamericano y sin programas específicos que permitan capitalizar las supuestas ventajas negociadas; una apertura comercial totalmente incongruente basada en una desgravación arancelaria unilateral como ningún otro país la ha realizado y que ha debilitado a la planta productiva nacional al generar una competencia desleal
Asimismo, la decreciente participación en la captación de flujos de inversión extranjera mundial, debiendo señalar que gran parte de la inversión extranjera que llega a nuestro país es de compra de activos, lo que no genera los efectos positivos que normalmente se espera de la IED; la destrucción de la estructura de promoción de las exportaciones y de la inversión extranjera directa; y una flotación sucia del peso generando un peso fuerte y, consecuentemente, un importante subsidio a la importación que ha incrementado la competencia desleal para la planta productiva nacional.
Una manifestación muy clara de este negativo proceso es que, si en el año 1993 registramos déficit con 29 países con los que han firmado TLC’s, para el 2017 la cifra ascendió a 36 países, y para el periodo 1993/2017 con 40 países.
Incluyendo a todos los países con los que tenemos relaciones comerciales la situación es mucho más deprimente pues alcanza a un universo de 116 países, es decir, en total 151 países incluyendo a los países TLC.
Apuntes finales
El libre comercio es un elemento muy positivo para el desarrollo económico y así se ha probado con numerosos países que lo han adoptado seriamente como palanca del desarrollo, sin embargo, los resultados para México no han sido positivos pues los retrocesos de México durante la vigencia del TLCAN han sido enormes, principalmente, porque que nunca hubo una estrategia para aprovechar las supuestas ventajas negociadas de tal manera que ninguno de los objetivos planteados para negociarlo y firmarlo se lograron, situación que igualmente se ha presentado con el resto de los TLC’s que compulsiva e irresponsablemente negociaron y firmaron los funcionarios mexicanos.
La política y la estrategia de comercio exterior adoptada por los funcionarios encargados de diseñarla, generó una enorme atomización de nuestras reducidas fortalezas a pesar de la supuesta ventaja de México de tener al mejor equipo negociador de TLC’s, el más experimentado a nivel mundial.
Esto, debido a la aplicación de un liberalismo dogmático y al enorme desconocimiento que dicho grupo de funcionarios –mayormente improvisados burócratas habilitados como expertos en comercio internacional‒ tienen del marco sistémico poco competitivo que ellos mismos han creado, al desconocimiento de la estructura de la planta productiva y de la oferta exportable, lo que ha generado un esquema de simulación e improvisación que ha determinado un retroceso enorme en todas las variables económicas del país, especialmente el creciente déficit con la mayor parte de los países con los que han firmado TLC’s y con aquellos con los que no tenemos estos instrumentos.
Sin duda, esta terrible situación sólo podrá ser revertida si se aprovecha el cambio de administración registrado recientemente, siempre y cuando se olviden de los cambios meramente cosméticos y se logre diseñar una estrategia integral y realista que permita aprovechar las ventajas comparativas y las fortalezas que todavía tenemos, así como la reestructuración que está registrando la economía mundial y, muy especialmente, la de nuestros vecinos más cercanos.
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