La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en su análisis de los 100 días del actual gobierno, señaló que las acciones de austeridad y la presentación de un presupuesto equilibrado para 2019 son aspectos positivos. Dijeron que dicha política “atiende un reclamo añejo del sector patronal de contar con un gobierno que cueste menos y sea eficaz”. Aunado a ello, admitieron que “el gobierno tiene claro que es de vital importancia cuidar y estrechar vínculos comerciales de largo plazo con Estados Unidos y Canadá, pues el Tratado de Libre Comercio de América del Norte ofreció beneficios y continuidad en la relación con los socios del país”. Y aparejado a tales declaraciones criticaron el comienzo de la presente administración en el ámbito económico, de muy mal, ya que se observa un constante ajuste a la baja de las expectativas de crecimiento de México para 2019 y 2020, pero no reconocen que la desaceleración económica que se vive, es justo por las políticas neoliberales de austeridad fiscal, como por los tratados de libre comercio que defienden y que siguen predominando.
Señaló la Coparmex, que a lo largo de casi 90 años, han ganado batallas muy importantes como la autonomía del Banco de México, afirmando que “es por ello que comprendemos y apreciamos su valor y continuaremos defendiéndo, pues consideramos que un presidencialismo acotado por instituciones fuertes y una sociedad civil activa y participativa le hace bien a nuestra democracia y a México”. Pues la “sociedad civil activa y participativa” han sido ellos, que con la autonomía del banco central le quitaron el monopolio del dinero al gobierno (que es la madre de las políticas neoliberales) con lo que le obligan a trabajar con austeridad fiscal, lo que ha reducido el tamaño y participación del Estado en la economía, lo que les ha ampliado a ellos, a la Coparmex (que agrupa al gran capital nacional del país) las áreas de inversión en sectores estratégicos. De ahí la critica que hacen al actual gobierno que quiere recuperar dichos sectores, en el sentido que las decisiones que han tomado en el sector energético, “no han sido buenas, por la suspensión de las rondas petroleras y las subastas de electricidad, mientras los planes para Petróleos Mexicanos (Pemex) no convencen a nadie. Por el contrario, [añaden] su situación financiera empeora y genera riesgos que podrían golpear la calificación soberana de México en el futuro”. Con ello manifiestan su oposición a la política gubernamental, debido a que le restaría al gran capital nacional e internacional áreas de influencia.
La política de austeridad fiscal que defiende la Coparmex y sigue instrumentando el actual gobierno, favorece al gran capital, pues éste tiene los recursos para invertir donde el gobierno deja de hacerlo. Sin embargo, cuando el gobierno gasta menos que sus ingresos, para obtener el superávit primario actual, contrae demanda, lo que afecta a los productores que producen para el mercado interno. Al defender la cúpula empresarial dicha política, está actuando a favor de ellos para seguir invirtiendo sonde el gobierno deja de hacerlo, pero no se da cuenta que tal política afecta a todo el sector privado, el cual pasa a vender menos. Al tener el gobierno superávit fiscal, el sector privado pasa a tener déficit financiero, por cuestión contable. Lo que deja de gastar uno, deja de ganar el otro sector. Y si a ello sumamos que la economía tiene déficit de comercio exterior (importa más de lo que exporta) ello pasa a afectar más las finanzas del sector privado. La Coparmex, defensora de la política de austeridad fiscal, mantiene a su vez bajos salarios y bajos niveles de vida de los trabajadores, lo que contrae demanda. Por lo tanto, la tendencia decreciente de la actividad económica, que la Coparmex critica, es culpa tanto de ellos, como de las políticas económicas neoliberales de austeridad y de libre comercio que ellos defienden y que el actual gobierno ha señalado que “ya se terminó con esa pesadilla que fue la política neoliberal”. Es inconcebible que la cúpula empresarial demande austeridad fiscal y mantenga bajos salarios, cuando la economía se desacelera y pase a culpar al gobierno de ello, siendo que ambos son coparticipes de ello.
La Coparmex defiende el Tratado de Libre Comercio de América del Norte por los supuestos beneficios que ha traído, pero éstos no se han reflejado en crecimiento industrial, de empleo, de salarios y de la economía, ni en el sector externo, y si en cambio ha desindustrializado al país, ha incrementado el déficit de comercio exterior y los niveles de endeudamiento interno y externo y han fragilizado a la economía nacional.
La posición de la Coparmex se inserta en la tradición neoliberal de que la economía no requiere del gobierno, el cual debe actuar solo como agente policía para salvaguardar el orden. Refleja la posición del grupo de poder económico, frente a las demandas democráticas de las grandes mayorías, que siempre han reclamado mayor participación del Estado en la economía para que satisfaga las demandas sociales, de empleo y bienestar de la población. Si hubiera democracia en la toma de decisiones gubernamentales, no predominaría la austeridad fiscal, ni el libre comercio que nos han llevado al menor crecimiento económico, al subempleo, a la economía informal, a los bajos salarios y a la creciente desigualdad del ingreso y la riqueza que existe en el país.
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