La ratificación del sustituto del TLCAN en México busca dar certidumbre a las inversiones ante posibles futuros amagos comerciales del presidente Donald Trump.
México ya cumplió su parte: es el primer país en ratificar el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC o la versión 2.0 del TLCAN). Y con esto comienza a verse una luz al final del túnel de este proceso que comenzó en 2017. Ahora solo falta que los congresos de EU y Canadá den el visto bueno para que el acuerdo comercial sea una realidad.
Que México haya aprobado al T-MEC da al país una mayor certidumbre, sobre todo cuando el presidente Donald Trump amaga con poner a México como uno de sus principales ejes de ataque en su campaña por la reelección presidencial.
“Estamos contribuyendo a la certidumbre. También estamos contribuyendo para que no demos argumentos negativos en el debate. Imagínate que, en plena campaña, que hablen de que ‘México no ha aprobado esto’ o que los demócratas digan ‘hasta que México no haga lo otro’. No hay que proporcionarles excusas”, señaló Juan Carlos Baker, exsubsecretario de Comercio Exterior de México.
“Desde la negociación original del tratado, cuando en 2017 y 2018 estábamos renegociando, en ese momento el TLCAN y ahora el T-MEC, habíamos visto y lo conversamos: que era un proceso lleno de incertidumbre”, agregó.
“Es una voluntad del gobierno federal mexicano con los legisladores para avanzar en las negociaciones que se han tenido. Esto es importante porque, de cierto modo, es una estrategia comercial, como lo dictan los lineamientos del comercio para beneficio tanto de productores como de consumidores”, explicó por su parte Aníbal Terrones, profesor investigador y coordinador de la Maestría en Estudios Económicos de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).
Es importante aclarar que mientras en México solo es el Senado el que ratifica el acuerdo, en Estados Unidos debe tener el visto bueno de ambas cámaras: El Senado y la Cámara de Representantes, algo que hace más largo el proceso.
Ausencias
Pero no todo es miel sobre hojuelas. Luis Huacuja, especialista de la Facultad de Derecho de la Universidad La Salle, dice ver “varias ausencias” en el acuerdo, entre ellos “temas de migración, el tráfico de drogas, de armas y de personas”. Además, añadió, no se tomó en cuenta la opinión de académicos, expertos y otros sectores interesados y con conocimiento en el tema comercial.
“México daría una señal emblemática en los mercados, pero tengo mis dudas sobre la conveniencia de hacerlo ahora y tan rápido. No es cualquier tratado y tampoco es que vaya a dar muchas ventajas”, apuntó.
También falta “leer con detalle la letra pequeña de este nuevo acuerdo”.
“México hizo importantes concesiones. Aunque es mejor tener un tratado que no tenerlo, pero si se va a analizar que se analice bien. Parece que unos días no es suficiente”, subrayó el académico.
El documento del acuerdo fue entregado al Senado el 30 de mayo, y 20 días más tarde fue aprobado por los legisladores, sin tomar en cuenta a los sectores interesados y especializados en materia comercial.
“Un acuerdo tan emblemático y tan importante para la economía mexicana, me parece que tendría que tomarse en cuenta con más relevancia y que se escuchará a los sectores especializados entes de aprobar el tratado”, añadió Luis Huacuja.
Con esto no se cumple con la “ley sobre la aprobación de tratados en materia económica –desde 2004- que en su artículo 11 establece que el Senado debe difundir lo que dice el tratado y escuchar a los grupos de interés”, subrayó.
México pasa el balón a EU y Canadá
Ahora que falta la ratificación de Canadá y Estados Unidos, los especialistas ven un riesgo por la dinámica política interna estadounidense, sobre todo un estira y afloja entre republicanos y demócratas.
Ahora México “le pasa el balón”, apuntó Luis Huacuja al tiempo de subrayar que en Estados Unidos el proceso de ratificación “va a estar contaminado” por el proceso electoral.
Hay dos factores: “el calendario del Congreso en Estados Unidos y otro el tema electoral. Ya va a estar contaminado, sobre todo por la confrontación e Donald Trump con la parte demócrata”, detalló.
“Están poniendo la traba y están incluyendo la cuestión migratoria. Lo que ellos quieren mostrar es el poder que tiene, o debería de tener, Donald Trump con intenciones de una reelección”, expuso por su parte Aníbal Terrones, de la UAEH.
“Si, por ejemplo, los demócratas insisten en que no van a votar el acuerdo porque no quieren darle una victoria política al presidente Trump y deciden retrasar la consideración de dicho tratado”, expuso.
En Canadá el asunto tampoco es tan simple, apuntó Terrones, pues hay algunos puntos que no dejaron contentos a todos y Justin Trudeau, primer ministro canadiense, no la está pasando bien.
“En Canadá la cosa tampoco está muy clara. El gobierno de (Justin) Trudeau ha perdido popularidad y esto quizá le complique el proceso de ratificación”, comentó Huacuja.
Hay un proceso bastante serio de parte del Partido Demócrata, de la presidenta de la Cámara Baja, Nancy Pelosi, de establecer temas que les interesan a los demócratas: hablan de medicamentos, hablan de cuestiones laborales, hablan de medio ambiente. Algo que no le debe de sorprender a nadie porque esa siempre ha sido la agenda de los demócratas”, reconoció Juan Carlos Baker.
“En la medida en la que la administración del presidente Trump pueda atender de manera exitosa las preocupaciones de los demócratas, tendría que aprobarse con relativa facilidad en el Congreso de Estados Unidos”, apuntó.
El T-MEC, ¿ratificado hasta el 2021?
Aunque hay confianza en que el T-MEC se ratificará en Canadá y EU este año, existe la posibilidad de que se postergue el proceso, por lo menos en EU, hasta el 2021, un año después de la elección presidencial.
Sin embargo, aunque no hay una plazo fatal para la ratificación, “si no se procesa este año, francamente el panorama ya se te va, posiblemente, hasta mediados del 21”, sostuvo Baker. “si se quiere disipar la incertidumbre para los negocios, que tengas dos años sin el T-MEC aprobado, no le ayuda nada a la certidumbre”.
“Si se quiere disipar la incertidumbre para los negocios, que tengas dos años sin el T-MEC aprobado, no le ayuda nada a la certidumbre”, aseguró.
Proteccionismo y hegemonía estadounidenses
Además de la agenda política de EU, hay otro factor a tomar en cuenta: el proteccionismo y la hegemonía que el vecino del norte busca ejercer.
Aquí la cuestión es que Estados Unidos está manteniendo una política proteccionista. No debemos desligarlo con lo que está haciendo con otros países, sobre todo con el gigante asiático, China. No perdamos de vista que es la pelea por la hegemonía de Estados Unidos en el continente y a nivel mundial”, refirió Aníbal Terrones.
Además, el gobierno estadounidense también busca que “México cumpla conciertos lineamientos fijados a los intereses de Estados Unidos”, agregó el profesor investigador de la UAEH.
Se habla de una reunión entre Marcelo Ebrard, canciller mexicano, con sus homólogos de Centroamérica “para controlar esa parte o fijar posturas dictaminadas por Estados Unidos. Lo que quieren es mantener esa hegemonía en América latina y, sobre todo, en Centroamérica donde se está dando la parte más migratoria”, dijo.
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