De ser totalmente autosuficiente hasta las últimas décadas del siglo pasado en la producción de fertilizantes, México necesita importar actualmente hasta 65 por ciento para abastecer la demanda interna que rebasa 5 millones de toneladas, aseveraron Gilberto Ortiz, presidente de la rama de la industria petroquímica de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), y Juan Carlos Anaya, director del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).

Pemex llegó a ser el principal productor de fertilizantes en el mundo, aseveró Gilberto Ortiz, pero de plano su fabricación se desplomó cuando en el sexenio de Ernesto Zedillo se eliminaron los subsidios al gas, de donde provienen el amoniaco y otros componentes para fabricar los fertilizantes, ya que la empresa tuvo que comprarlo a precios de mercado.

Reportes de Pemex indican que sólo existen dos plantas petroquímicas, Camargo y Cosoleacaque, las cuales generaron sólo un millón 313 mil toneladas en 2017, lo que representó una caída de 39 por ciento respecto del registro de 2012, pese a que cuentan con capacidad para producir el triple.

El año pasado se alcanzó un récord de importación de fertilizantes por 3.5 millones de toneladas, superior en 12.1 por ciento al registrado en 2017, manifestó a su vez GCMA. Del total de las compras al exterior 60.2 por ciento correspondió a fertilizantes nitrogenados, 9.6 por ciento a potásicos, 6.8 por ciento a fosfatados y el restante 23.2 por ciento se repartió entre diversos tipos.

En cambio, México sólo produjo 1.89 millones de toneladas, lo que sirve para cubrir 35 por ciento de la demanda nacional.

Juan Carlos Anaya, director del GCMA, dijo que México importa los fertilizantes de diversos países, pero Rusia es el principal, porque concentra 31.8 por ciento del total, seguido por Noruega (12.6), China (12) y en el cuarto lugar se ubica Estados Unidos con 10.5. Por su valor comercial, el país erogó 943.1 millones de dólares por las importaciones de esos insumos para la agricultura, cantidad superior en 14 por ciento a la desembolsada en 2017.

El especialista consideró que si realmente se quiere ser autosuficiente en la producción de fertilizantes, se necesita efectuar una gran inversión, pero llevará años lograrlo.

Agregó que frente a los precios competitivos que ofrecen muchas naciones, las autoridades deben analizar si realmente conviene tomar esa ruta, porque no se puede ser autosuficiente en todo.


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