En la última década, la entrada de carne de pollo de EU y Brasil ha crecido 150%, afectando el desarrollo de la industria avícola nacional.
Las importaciones de carne de pollo de Estados Unidos y Brasil están desplazando la producción nacional.
En los últimos 10 años, la entrada de carne de pollo ha incrementado más del doble, al pasar de 204 mil 167 toneladas en 2008, a 517 mil 279 toneladas en 2018, un incremento de 150 por ciento, denunció la Unión Nacional de Avicultores (UNA).
Hace una década, más del 98 por ciento de la carne de pollo importada provenía de Estados Unidos, pero, a partir de 2013, Brasil aumento su participación, que pasó de 5 a 17 por ciento, en 2018.
Gran parte de ese avance se debe a que la Secretaría de Economía abrió, en 2013, un cupo unilateral para importar carne de pollo por un monto de 300 mil toneladas, mismo que fue aprovechado por Brasil y que tiene una vigencia hasta el cierre de 2019.
Actualmente, las importaciones ya representan el 15 por ciento del consumo total de carne de pollo en México, mientras que en el mercado nacional participan empresas como Bachoco, Pilgrim’s, San Antonio, Avigrupo y Buenaventura.
El impacto ha generado que se dejen de producir 250 millones de pollos, equivalentes a 13 mil 362 millones de pesos, y se pierdan 7 mil empleos directos y 83 mil empleos indirectos.
“La industria avícola está creciendo al 3 por ciento cuando debería hacerlo al 5 por ciento. Al ingresar este producto, que está subsidiado, estamos dejando de generar empleos, estamos dejando de generar inversión, y todo este producto que entra no paga impuestos”, afirmó César Quesada, presidente de la UNA.
Quesada denunció que los dos casos más problemáticos para el sector son la entrada al País de pierna y muslo de pollo proveniente de Estados Unidos, y pechuga de Brasil.
El producto estadounidense, dijo, es el que causa más daño a la industria, ya que se permite que entre a México a precios dumping, ya sea porque se comercializa por debajo del costo o por debajo del precio de mercado de ese país, lo cual es una práctica de comercio desleal.
Del total de las importaciones de carne de pollo, la pierna y el muslo han ocupado por años una mayor participación porcentual y en 2018, sumaron 356 mil 889 toneladas, cerca de 69 por ciento del total.
No obstante, la entrada de pechuga de pollo es la que registró un comportamiento interesante.
Hace una década, la participación de esta pieza era apenas de 4.3 por ciento, pero al término de 2018, registró una participación superior al 20 por ciento.
En el último año, México importó, en total, alrededor de 117 mil 139 toneladas de pechuga, ya incluyendo el filete de pollo, mientras que en 2008 se compraron apenas 8 mil 779 toneladas.
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