A aguacate, cerveza, tequila, miel, café y mangos, que han conquistado el paladar de los europeos y concentran 40 por ciento del total de los productos agrícolas y agroindustriales que México comercializa en el viejo continente, decenas de alimentos podrán sumarse a la canasta exportadora en siete meses más, con la entrada en vigor de la parte comercial del Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y México (TLCUEM), si se cumplen los plazos previstos por las autoridades y los productores nacionales pueden acatar las nuevas reglas del juego.

Vigente desde 2000, pero renegociado en siete rondas durante casi dos años, del 30 de mayo de 2016 al 21 de abril de 2018, el modernizado y ampliado TLCUEM, con 33 capítulos y seis anexos, forma parte de un mecanismo más amplio: el Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación.

Sin embargo, sólo la parte comercial en bienes y servicios quedará lista en 2020, luego de que el tratado sea avalado posiblemente en enero y entre en vigor en febrero, aunque la ratificación de las otras partes del acuerdo puede tomar dos, tres o cuatro años, según Klaus Rudischhauser, embajador de la UE, y que se refieren al diálogo político, la cooperación bilateral, temas laborales, de protección al medio ambiente y derechos humanos.

En cambio, habrá una liberalización de 86 por ciento en el comercio de productos agrícolas y pesqueros, lo cual amplía el panorama de exportaciones mexicanas hacia los 28 países que actualmente conforman la Unión Europa (UE), casi el doble respecto de los 15 que la integraban cuando se firmó el TLCUEM.

No obstante, la liberalización no será inmediata para todos los productos, porque 10 por ciento, que incluye atún, arroz, harinas de trigo, lactosa, chocolates, confitería, extractos de malta, pastas y galletas, se hará a través de un plazo de desgravación máximo a siete años. Otro 4 por ciento de productos agropecuarios y agroindustriales que son sensibles para México, como lácteos, manzanas y duraznos, estarán sujetos a tratos especiales, entre ellos reducciones parciales, establecimiento de plazos y exclusiones de dicha liberalización.

A la fecha sólo siete de cada 100 dólares que México obtiene de las exportaciones de productos agropecuarios y agroindustriales provienen de la Unión Europea y casi la mitad están dominadas sólo por seis productos.

El aguacate concentra 26.7 por ciento de ventas del sector agropecuario a la región, seguido por 9.3 por ciento de miel natural y 5.9 por ciento de mangos. En los productos agroindustriales, la cerveza ocupa el primer lugar de la lista con 20.6 por ciento del total de las ventas a la UE, por encima del 12.8 por ciento del tequila y 4.7 por ciento del café instantáneo, precisan cifras del TLCUEM.

Después de Estados Unidos y China, la UE es el tercer socio comercial de México. Concentra más de la tercera parte de la inversión extranjera directa (IED), pero los alimentos mexicanos, frescos o procesados, apenas figuran en sus anaqueles.

La UE acapara 63.7 por ciento de las importaciones agropecuarias en el mundo y 60.3 por ciento de las agroindustriales, es decir, alimentos y bebidas procesadas.

México sólo contribuye con 3.3 por ciento del total de las exportaciones agropecuarias globales y 1.6 por ciento de las agroindustriales, pero aporta más de la mitad de ambos tipos de productos de ese tipo que la UE adquiere en América Latina y el Caribe.

Si bien con el TLCUEM el intercambio comercial se incrementó a tasa anual de 7.5 por ciento, al pasar de 21 mil 127 millones de dólares cuando comenzó este siglo a 72 mil 218 millones de dólares en 2017, el déficit comercial que ha mantenido México al respecto aumentó 2.6 veces, de 9 mil 638 millones de dólares a 25 mil 795 millones en el periodo referido, de acuerdo con el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados a partir de cifras oficiales.


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